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Mamá Safari fue el nombre que me puso Joel, un chico del staff del hotel en el Masái Mara… y no lo corregí porque creo que sí soy Mamá Safari, o por lo menos lo fui durante nuestra aventura en Kenia.

¿Porqué hacer un viaje a África? Todo empezó un año antes que mi mamá enfermara.  Ella me decía que su sueño era que mi hermano y yo, junto con nuestras parejas e hijos fuéramos con ella y con mi papá a África.  Lamentablemente mi mamá no alcanzó a cotizar ni ver opciones porque enfermó y mucho de los ingresos que mis papás tenían en ese entonces se usaron para tratar su enfermedad.  Ella nunca logró recuperar la salud lo suficiente como para hacer un viaje tan largo.

Pero me dejó a mí con la idea de que eran unas vacaciones soñadas en un destino como no hay otro.  Cuando todos mis hijos entraron en la adolescencia, y todos aún viven con nosotros pensé que podía ser buen momento para hacer el viaje.  Si bien es cierto que no hay momentos “ideales”, sí hay circunstancias que se alinean y parece que la vida te da el “SIGA ADELANTE”.  En enero de 2024 vi el post en redes sociales de una amiga donde agradecía el trabajo de Alejandra Ramírez como organizadora de su viaje a África.  Inmediatamente contacté a mi amiga y le pregunté si el viaje verdaderamente valía la pena.  Ella me dijo “es el mejor viaje que puedes hacer”.

Contacté a Ale.  No tenía idea de los costos ni los países donde se pudieran hacer safaris.  Resultó que este tipo de viaje es como para “rich and famous” y aunque nunca me he considerado en esa categoría, sí tengo un plan de ahorro así que era el momento de “romper el cochinito”.  Ale nos ayudó a hacer el viaje según nuestro presupuesto e intereses.  Nos dimos cuenta que para ser la primera vez en África, Kenia era un país ideal.  Kenia es el África tradicional que te viene a la mente cuando piensas en ése continente.  Elegimos el parque nacional Masái Mara porque garantizaba que viéramos muchos animales de cerca en su hábitat natural y que a la vez pudiéramos convivir con la tribu Masai y aprender de ellos.

La primera sorpresa del viaje fue empacar en una maleta SIN rueditas y no más de 15 kg.  La ropa tenía que ser de colores neutros de preferencia verde, beige, café y colores terrosos.  La recomendación también era empacar capas de ropa, es decir, prendas que pudieras agregar o quitar… y después entendí porqué.  Ale nos recomendó empacar ropa que no nos importara, ropa cómoda, ropa suelta que te dejara respirar… también después entendí porqué. No llevar perfume y yo no debí de haber llevado maquillaje pues en África todos están lo más naturales posibles. No hay glamour ni “producción”, no me maquillé ni un solo día.

Cuando llegas a África, te reciben cantando… todos están felices de verte, felices de que los hayas elegido como destino.  Saben tu nombre, no es necesario hacer check in, ya te están esperando. Te presentan a la persona que hará tu habitación, a la persona que atenderá tu mesa y al guía que te acompañará en tus recorridos.  Todos hablan inglés.  Las habitaciones están hechas como tienda de campaña siempre con vista a la sabana africana. Las habitaciones no tienen llave ni tarjeta… cualquiera las puede abrir desde afuera.  Solo tienen pestillo para cerrar por dentro… eso habla del tipo de turismo que reciben.  Puedes escuchar todo el tiempo el ruido de la naturaleza.

Los safaris empiezan tempranito para que podamos ver a los animales pues ellos se esconden cuando hace calor.  No hace tanto frío, unos 14°C pero en el jeep donde te suben no hay ventanas, así que con el viento sí se siente frío.  Por eso hay que llevar un gorrito para la cabeza y yo llevaba 3 capas (yo siempre era la que más capas llevaba). En el jeep te dan una cobijita por persona que ayudaba bastante a tener las piernas calientes.  Te prestan binoculares o tú puedes llevar los tuyos.  Es increíble ver el amanecer, los colores del cielo con el contraste de los árboles.  Los animales están súper acostumbrados a los coches de los safaris, saben que no les hacen daño, así que no se asustan cuando los coches se acercan o se alejan.  No te puedes bajar del jeep… porque los animales se sienten “seguros” cuando ven un bloque uniforme (el jeep) pero si ese bloque pierde forma, sí pueden sentirse amenazados.

Desde el primer momento ves jabalís, jirafas, gacelas, antílopes, búfalos, hipopótamos y elefantes.  Los leones, cheetas, leopardos y rinoceronte no son tan fáciles de ver.  De las escenas que más me impactaron fue cuando vimos a la primera leona.  Estaba con sus cachorros (ya crecidos) y se lamían las patas porque acababan de comer.  Pero parece que se habían quedado con hambre… porque de lejos vieron a unos 5 búfalos y una leona se acercó a ellos.  Pensé que los iba a intentar cazar pero el guía nos dijo que se requerían al menos 6 ó 7 leonas para matar a un búfalo (resulta que son bastante agresivos).  Aún así, la leona continuaba acechando.  Los búfalos se dieron cuenta… y yo hubiera pensado que iban a salir corriendo de ahí… pero más bien la confrontaron.  La leona sabía que no tenía oportunidad así que se acabó retirando cuando los búfalos se acercaban a ella.  Ver todo esto, un comportamiento animal al natural me sorprendió mucho.

Otro día vimos a 2 leonas adultas con sus 3 cachorros.  Una de las leonas estaba alerta a nuestros vehículos… mientras ella estuvo alerta, los jeeps estaban lejos… en cuanto la leona se relajó y se acostó, los guías acercaron los vehículos.  Pienso que los guías saben “leer” muy bien a los animales, y nunca nos van a poner en una situación que sea peligrosa.

La cereza del pastel de ese día fue ver a una manada de leones (eran como unos 7) comiendo un elefante que había muerto de causas naturales.  Ver a los leones comer y en “segunda fila” ver a las hienas, chacales y demás aves carroñeras fue impresionante.  Una de las leonas no estaba contenta de ver ahí a las hienas, así que marcaba muy bien su territorio para que éstas no se acercaran más.  Se nota mucho cuando estos felinos han comido pues se ponen “panzones”.

De las actividades que más gustó a mi familia fue el desayunar en medio de la sabana africana.  El guía lleva todo listo para preparar un desayuno delicioso y pone una mesa en medio de la nada… solo ves el cielo y el pasto verde… nadie alrededor.  Un paisaje que con el desayuno se convierte en una experiencia. 

Cambiamos de parque nacional tomando una avioneta que nos llevó a Tsavo.  Tsavo es el parque nacional más grande de Kenia.  Es un paisaje diferente pues ahora vemos a la punta más alta de África que es el Klimanjaro.  El Klimanjaro tiene el récord mundial de ser la cumbre de base a cúspide de más altura en el mundo.  Tsavo es una zona volcánica, así que el paisaje cambia a ríos de piedra volcánica y un piso más rojizo.  Tsavo tiene mucho más arbustos, así que no es tan fácil ver animales.  Conocimos especies nuevas, como los dik dik que es el antílope más pequeño de esa familia, con el tamaño de apenas un perro mediano.  Como dato curioso, los dik dik siempre están en parejas, y si la pareja de uno se muere, el otro comete suicidio pues nunca más buscará otra pareja.  Los dik dik son la presa más fácil para los felinos y también para las aves carnívoras grandes como el águila y el halcón.

Nuestra habitación da a un estanque natural desde el cual pudimos ver cocodrilos, tortugas y escuchar en la noche a los hipopótamos.  Cabe mencionar que los hipopótamos fue el animal que más miedo nos dio.  Se ven gorditos e inofensivos pero son super agresivos.  Durante el día no salen del agua porque su piel es súper sensible, pero en la noche salen.  No son carnívoros, pero son de los animales que más humanos matan… sobre todo si interfieres en su camino con el agua.

En Tsavo hicimos menos safaris pero más actividades diferentes.  Una de ellas fue subir un volcán inactivo y ver su cráter.  Subimos con un “ranger” (persona armada) porque resulta que algunas leonas van a dar a luz en el cráter pues ahí se sienten más seguras.  El ranger nos dijo que jamás había matado a un animal, pero que sí había usado el arma para espantar a uno que otro.  No vimos ningún animal en la subida que, por cierto, sí necesitaba uno tener buena condición física.  Siempre me he sentido “fit”, pero el tiempo no pasa en vano y me di cuenta la diferencia en mi  velocidad de subida y de bajada y la diferencia que hay con mis hijos.  Con todo y todo subimos en muy buen tiempo (según el guía).  El guía estaba muerto de la risa con Pablo… de repente se daba cuenta que la cosa tenía que ser más seria y nos decía algo como “no hay que exagerar” pero la risa del guía era la que más se oía.  En la bajada hicimos concurso de caídas.  Ganó Pablo.  Yo iba muy bien pero ya al final me caí… con todo y que nos daban unos palos que sí me salvaron un par de veces.

Al bajar, te esperan con un pre desayuno. Fruta, jugo y galletas… todo puesto perfectamente en una mesita muy mona.  Nos tocó la subida nublada y eso ayudó porque sí se sentía calor y con el ejercicio llegamos todos sudados. Otra ventaja de África es el servicio de lavandería.  Está incluido, ellos te lavan la ropa.  Así que la ropa sucia, en lugar de meterla en la maleta, la metías en la bolsa de lavandería y al día siguiente la tenías limpia, lavada y doblada en tu habitación. Por eso solo llevamos ropa para 4 días, porque podíamos lavar. Una playera mía blanca de algodón acabó color gris porque la han de haber lavado con algo azul.   Por eso no hay que llevar ropa fina o que te importe.

Otra actividad muy padre fue la de las Masai Olimpiadas.  Ahí los guerreros Masai nos enseñaron la técnica para lanzar un como hueso y para lanzamiento de arco.  Hicimos dos equipos, nuestro guía participó.  Los líderes del equipo eran Pablo y Alex.  Ellos eligieron al resto de los participantes y competimos.  Hasta los Masai estaban muertos de la risa con nosotros.  Una experiencia diferente y super divertida.

Los safaris eran temprano por la mañana y luego de nuevo a las 4:00 pm.  Duraban más o menos 3 horas… se pasaban rápido porque uno va con la emoción de encontrar animales.  De los animales que más nos impactaron en Tsavo fue los elefantes rojos… y es que se frotan con el lodo de ese lugar que es rojizo y adquieren ese color.  También nos tocó ver correr varias veces a las jirafas.  En el tiempo que buscábamos animales, el guía nos explicaba de las plantas, de las aves y de los animales.  Podíamos hacer preguntas y aprendimos mucho.  La última noche, había una fogata y estuvimos platicando con un Masai.  Nos contó de la vez que mató un león.  El león se había comido a su vaca y había espantado a las mujeres y niños de la aldea.  Ellos necesitan probar su valía como hombres y deben matar a un león para probar que son dignos de defender a su pueblo. Nos contó toda la historia y nos tenía muy interesados.  Nos dijo que desde 2012 tienen prohibido matar leones y que si algún león se come su ganado, el gobierno les da dinero.

Fue difícil despedirnos de África.  En el último atardecer, mis hijos me abrazaron amorosamente y me dieron las gracias por haber hecho este viaje, y es que ellos saben que el viaje se pagó con los ingresos que generamos con Nikken.  Me dio gusto ver que mis hijos son personas agradecidas y que pueden valorar el esfuerzo que uno hace para estar ahí.  “Es el mejor viaje de mi vida” me decían y creo que lo fue para todos. Mi negocio digital me permitió estar al tanto de mis clientes aunque estuviera lejos.  A los pocos días de haber llegado a África, Nikken lanzó descuento en repuestos.  Yo no pude trabajar mucho, pero al regresar de mi viaje, en solo 5 días del mes, mi equipo había facturado unos $50,000 dólares, seguramente algunas de esas ventas se hicieron mientras yo dormía.  Ése es el poder del ingreso residual… que sigue generándose independientemente de tu tiempo y tus habilidades.  Si yo fuera capaz de explicar las ventajas que da un ingreso residual, no dudarías y al terminar este relato me escribirías para que te cuente cómo lo puedes obtener… porque no hay mayor libertad que la que obtenemos al generar ingresos residuales apalancando nuestro tiempo, dinero y esfuerzo.

4 Comentarios

  1. Ale, admiro tu personalidad emprendedora. He aprendido mucho de ti y reconozco en ti una gran líder. Te felicito por esta iniciativa y sé que será exitosa pues sin duda, tus historias y testimonios enganchan y son compatibles con la realidad en que vivimos. Aprenderé más de ti pues me cuesta mucho atraer y convencer a la gente. Cómo mamá eres de admirar al poder darte abasto con cuatro!! En mi familia también somos 4 hermanos y algo sé de los malabares que hacen las madres y que, en mi caso, mi abuelita materna fue un ángel para con nosotros.

    Felicidades Ale.

  2. Gracias por hacernos partícipes de su viaje a Kenia. Tus relatos son padrísimos.
    Seguramente tendrás mucho éxito con este Proyecto. Eres una enorme inspiración y una lider ejemplar. Soy tu fan.

    1. Que increíble viaje Ale y que crecimiento tan hermoso has tenido en todos los aspectos. Muchas felicidades y que sigan los éxitos y sueños cumplidos. Bendiciones

    2. Ale , qué bonito viaje y regalo para tu familia, y que padre que compartas, mis hijas y yo todos los días viajábamos contigo! Y ahora que te estamos leyendo volvimos viajar☺️ , que padre experiencia!!!
      Gracias por compartir y por inspirar 💕💕💕💕

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